DOKTOR SLEEPLESS: Engines of Desire

  • d425f868bf7a4f7bbf2802e98b1c8bdcTítuloDoktor Sleepless. Libro 1: Engines of Desire.
  • Edición originalDoktor Sleepless #1-8 USA (Avatar Press, 2007-08).
  • Edición nacional más recienteEdiciones Glénat (volumen único, rústica, 2009).
  • Argumento y guiónWarren Ellis.
  • Dibujo y entintadoIván Rodríguez.
  • Color: Andrew Dallhouse (Doktor Sleepless #1-3) y Greg Waller (Doktor Sleepless #4-8).
  • Género: Ciencia-ficción, misterio, terror lovecraftiano.

#Reseñoviembre es una iniciativa que imita al reto de los artistas del #Inktober, pero desde el reseñismo y la divulgación, ofreciendo 30 reseñas en los 30 días del mes de noviembre, a menudo partiendo de unas palabras-estímulo comunes a todos los participantes.

Día 14. Palabra: Relámpago. Estímulo: el uso que le da el protagonista, como un Doctor Frankenstein moderno, sólo hay que ver la portada.

En una entrega anterior de este #Reseñoviembre ya comentaba que Warren Ellis era uno de los autores de renombre que más títulos había creado y más tiempo permanecido durante su colaboración con la pequeña independiente Avatar Press. Tanto es así que hay un buen número de ellos inéditos en lengua castellana.

Una de las primeras editoriales que importó en España obras del sello de Illinois fue Styx Ediciones, precisamente con otros dos cómics de Ellis: Dark Blue y Strange Kiss, la primera de varias series limitadas con un protagonista, Gravel, que acabó ganándose su propia cabecera regular. Sin embargo, su prematuro cierre, nos privó de otros títulos del escritor inglés ya anunciados, como Scars o Bad World.

«El futuro no está en camino. Nadie os debe una mierda. El puto día que estáis esperando jamás llegará.»

Ediciones Glénat cogió el relevo y trajo a la península una parte importante del catálogo de Avatar que incluía varios tebeos del guionista de Essex. Entre ellos, este primer libro de Doktor Sleepless, titulado Engines of Desire (Máquinas de Deseo), el ya lejano 2.009, que recopila los primeros ocho números de esta maxiserie.

En un futuro próximo parecido a nuestro presente, aparece en la ciudad de Heavenside el Doktor Sleepless. Un científico loco de tebeo que afirma ser John Reinhardt, un nativo joven, millonario y huérfano, cuyos padres murieron en extrañas circunstancias y al que hacía años que nadie veía. Acompañado de una bella y letal enfermera guardaespaldas y, mediante un programa de radio pirata, proclama que este no es el futuro que les habían prometido y promete una auténtica revolución tecnológica. Esto inquietará sobremanera a diversas personas, desde Sing, la ex-novia de Reinhardt (de nuevo un apellido que podría guardar relación con otra obra de Ellis, El Capitán Swing y los Piratas Eléctricos de la Isla Cenicienta) y actual propietaria de una librería, hasta al comisario de policía Preston Stoker.

El propio autor, en una entrevista al portal especializado CBR, comparó este cómic a otra de sus más reconocidas obras, Transmetropolitan. Similitudes tiene, en cuanto vuelve a tocar uno de sus inquietudes más recurrentes en su trayectoria: la tecnología y su efecto sobre la sociedad, dependencia, modificación corporal, etcétera… Lo que también la emparienta con títulos como Mek o los más recientes Trees, Shipwreck e Inyección.

No se puede negar que se empeñase en la documentación, como demuestra el glosario incluido al final del tomo o la cantidad de notas del traductor. Eso sí, debo señalar que éstas presentan un «error», pues rotularlas en negro con un fondo de página de colores oscuros es la peor pesadilla para un astigmático. En el dibujo tenemos a Iván Rodríguez, un artista correcto, cuyo estilo me recuerda a Jim Calafiore. Coloreado por Andrew Dallhouse en los tres primeros números (de nuevo la edición española no lo acredita y sí en su lugar a Mark Sweeney, colorista de la mayoría de las portadas) y Greg Waller en los restantes cinco.

Tras ir desvelando poco a poco el pasado de Reinhardt y los verdaderos planes de Sleepless, te quedas con ganas de hacerte con el segundo y último tomo. ¿El problema? Que no existe. Deberían haberse publicado otros ocho números, de hecho vieron la luz otros cinco en Estados Unidos, hasta el número trece. Pero entonces ocurrió la tristemente célebre pérdida de datos del disco duro del escritor británico. Lo que parecía un simple hiato, terminó suponiendo el final de varios títulos. Algunos, de la calidad de Fell, Desolación Jones o éste mismo.

Una lástima, pues nunca descubriremos la conclusión.

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