Título: D4VE.
- Edición original: D4VE #1-5 USA (Monkeybrain Comics – digital – , 2013-14 / IDW Publishing – analógica – , 2015).
- Edición nacional más reciente: Sapristi Comic (volumen único, rústica, 2017).
- Argumento y guión: Ryan Ferrier.
- Dibujo, entintado y color: Valentin Ramon.
- Género: Ciencia-ficción, parodia, bélico.
«¿Alguna vez te has sentido como si todo el mundo conspirara contra ti?
Pues eso.
De repente me siento pequeño, muy pequeño.»
Con la siguiente re-lectura y correspondiente reseña me mantengo en el género de la ciencia-ficción, aunque abordando una temática bien distinta. El cómic en cuestión es D4VE, originalmente una miniserie de cinco números que vio la luz en formato digital entre 2.013 y 2.014 a través del sello Monkeybrain Comics, fundado por el editor y guionista Chris Roberson. Como resultado de la buena acogida que obtuvo, IDW Publishing se decidió a publicarla en formato analógico con sus respectivas grapas y posterior recopilatorio en 2.015.
Un tebeo que llamó mi atención por los artículos y previas de los sitios especializados anglosajones y que me sorprendió gratamente verlo publicado en castellano. Una apuesta arriesgada de Sapristi Comic, el sello dedicado al tebeo de Roca Editorial. Pues si bien es cierto que, a juzgar por el aumento de la oferta de las editoriales y de la presencia en las librerías especializadas, el cómic indie estadounidense genera cada vez más interés por parte del lector español no estamos hablando de unos autores precisamente conocidos a este lado del Atlántico.
Ellos son, por un lado, el guionista Ryan Ferrier también rotulista y autor de algunas obras interesantes que no han llegado por estos lares, a diferencia de alguno de sus diversos trabajos en adaptaciones de licencias televisivas y cinematográficas. Y por el otro, el artista Valentin Ramon, cuyo trabajo con más repercusión hasta la fecha es, precisamente, este.
La propuesta que nos ofrecen, enmascarada bajo una presentación de ci-fi, es una divertida y sarcástica parodia sobre la sociedad actual, desencadenada por una crisis de la mediana edad que sufre el protagonista, el robótico D4VE. En un futuro no muy lejano, donde las máquinas hace tiempo que se rebelaron y exterminaron a la raza humana de la T13RR4 y pacificaron el Universo conocido, el que fuera una de las mejores unidades de combate debe lidiar ahora con su decepcionante nueva vida como oficinista y los problemas derivados de un matrimonio abocado a la separación y/o divorcio.
El escritor canadiense nos ofrece esta disparatada y macarra mezcla de Un Día de Furia, Independence Day, Los Simpson o Yo, Robot en la que no faltan invasiones alienígenas, juergas con los amiguetes o insufribles hijos adolescentes. Un humor al que puede costar entrarle en el juego y limitado por el handicap de la difícil traducción, pero que esconde grandes momentos que invitan a la reflexión. Como el hecho de que los robots parezcan caricaturas de sus creadores humanos y, pese a su supuesta superioridad, se vean irremediablemente impelidos a cometer sus mismos errores.
El guión se apoya fuertemente en el dibujo del artista suizo residente en Londres, que se encarga totalmente del apartado gráfico, incluido el color. Con un estilo que no sé muy bien porqué me recuerda al de Juan José Ryp, más allá del trazo, posiblemente sea por el nivel de detallismo. Demuestra también ser imaginativo y un gran diseñador de personajes, escenarios y todo tipo de objetos. El coche volador del protagonista, con la forma del icónico SEAT 600 es sólo un claro ejemplo de ello.
La edición de Sapristi es ejemplar, recopilando en un único volumen en rústica los cinco episodios y sus respectivas portadas. Además incluye como extras diversas portadas como la del primer número en grapa a cargo de la co-creadora de Saga, Fiona Staples, y pin-ups a cargo de otros artistas invitados, diseños y unas páginas de noticias y publicidad ficticias que ayudan a describir el mundo desarrollado por los autores.
No estamos ante ninguna obra maestra del medio a descubrir, más bien es el resultado de un proyecto con el que sus creadores no pretendían otra cosa que pasárselo bien. No ofrece más que una ligera y entretenida lectura con un notable apartado gráfico. Una esponja que ha absorbido las influencias de las películas de acción taquilleras, sit-coms, series de ciencia-ficción y animación de los años ’90. Aunque esto pueda limitar sensiblemente la franja de potenciales lectores interesados.